Una de las celebraciones más
entrañables en la Asociación de la Milicia de la Inmaculada, es la del Sagrado
Corazón de Jesús, puesto que en este misterio del amor de Dios está contenido
el fin último de esta obra.
La M.I. está profundamente
relacionada con esta devoción desde sus inicios, de hecho fue fundada
intencionalmente un 16 de octubre, día en que la Iglesia celebra la fiesta de
Santa Margarita María Alacoque (beata para aquél entonces) que fue la gran
apóstol del Sagrado Corazón de Jesús.
El padre Kolbe entendía la
devoción al Sagrado Corazón, como la expresión del amor misericordioso de Dios
por la humanidad. En una de sus cartas decía “el motivo de nuestra acción es el
amor del Corazón de Jesús, es decir, del amor de Dios en el que consiste la
perfección y santificación, a la cual queremos atraer a todos los que existen”.
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El Corazón de Jesús, es pues el
fin último de la M.I. Todo lo que se hace en esta asociación, por medio de la
Inmaculada, debe tener como única intención, que todos puedan experimentar el
amor misericordioso de Cristo, que es capaz de dejar las 99 ovejas por ir en
busca de la perdida. (Cf. Lc 15, 1 - 7)
En uno de sus escritos san
Maximiliano nos dice: “El sacratísimo Corazón de Jesús es el amor de Dios hacia
los hombres”.
En este año de la Misericordia la
Iglesia nos invita a celebrar con la mayor solemnidad posible la fiesta del Corazón
de Jesús, que es la máxima expresión del amor misericordioso con el que el
Padre nos ha amado en su Hijo. En este 2016 se conmemoran además los 160 años
de la institución de esta fiesta litúrgica y debemos agradecer a Dios por todo
el bien que este culto ha hecho a la Iglesia.
Que como preparación al
centenario de la M.I. que ya se acerca, nos podamos sumergir todos los
mílites
en el horno ardiente de amor del Corazón de Jesucristo, como bien lo describía
santa Margarita y que hagamos participes de este amor pacífico y lleno de
ternura a todos los hombres y mujeres que encontremos en nuestro día a día.
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