domingo, 5 de junio de 2016

INTENCIÓN DE JUNIO

JUNIO

Contemplando el amor misericordioso de Cristo, abramos nuestro corazón a las necesidades de los hermanos.

El hombre ha recibido como un don de Dios su amor misericordioso y al mismo tiempo nos ha llamado a "derramar" la misericordia a los hermanos. Ellos deben ser recibidos con todo el corazón, superando las dificultades causadas por el prejuicio, la incomprensión y el odio. Estar abiertos a la historia y a las necesidades del prójimo nos hace capaces de amar como el Señor pide. Maximiliano nos ayuda a entender que detrás de la fachada de una hermosa devoción se pueden ocultar antipatías, ansias de dominio e incapacidad de encontrarse con los hermanos...
Aquí están las expresiones iluminadoras del mártir de Auschwitz: "Lo más terrible es que este tipo de persona  no se da cuenta de la gravedad de su situación. Puede realizar todas las prácticas de piedad con los demás, conmoverse profundamente  durante la oración, ya que el diablo es capaz de atraer de esta manera;  puede decidir de no estar detrás de los otros, incluso preceder a ellos -una de las características de este tipo de personas es, de hecho, una evidente falta de humildad. Confiando con presunción en la propia inteligencia, ni siquiera acepta los llamados de atención de sus superiores, sino que los atribuye de inmediato a un sentimiento de antipatía o de prejuicio en su contra.  Enceguecido a tal punto, cae más profundamente en el pantano, y no se despertará  de su sueño, ¡ni siquiera cuando llega  al límite de pecado mortal! ... No quiero seguir escribiendo acerca de esto. Dios nos libre, y nos libre la Inmaculada de esta oscuridad" (EK 329). El santo polaco demuestra también estar interiormente abierto a los que se le oponen. El recuerda en la oración a sus enemigos: su camino no le es indiferente, sino que trata de transmitirles mucho amor, mucha misericordia. He aquí sus palabras iluminadoras: "Expresemos nuestros más cálidos agradecimientos  y un amistoso 'Dios los recompense', a través de la Inmaculada, a todos los que de alguna manera, con el consejo, con la lapicera, o con el dinero y con otras actividades, han ayudado al Rycerz en su lucha por los ideales espirituales más  sublimes. Sin embargo, nosotros no alimentamos los mejores sentimientos sólo hacia estas personas. Con el mismo amor nosotros nos dirigimos a los que eran enemigos del Rycerz y también a aquellos que  han dirigido todos sus esfuerzos en este sentido con el fin de no permitirles salir de esto! A todos ellos nosotros los perdonamos de corazón, deseándoles que si hace  largo tiempo  que no se acercan al  confesionario,  lo hagan lo antes posible; y si  no conocen la ternura de las enseñanzas de Cristo y no pertenecen a su redil, les deseamos que cuanto antes el agua del s. bautismo lave sus almas" (EK 1021).
El testimonio misionero de Maximiliano  consiste también  en el profundo respeto por las culturas
distintas de la propia, en el diálogo que le permite un óptimo proceso de inculturación. Trata de dar el mensaje del Evangelio con gran delicadeza y con la máxima sensibilidad. El anuncio es acompañado, según su ejemplo y su pensamiento, precisamente por su testimonio, guiado por la caridad y la acogida de otras formas de pensar y de vivir.
Él nos da un radiante testimonio  por su capacidad de involucrarse y comprometerse  profunda y rápidamente en los ambientes donde entra. Conoce a la gente, la escucha y es capaz de establecer con todos un diálogo cordial y constructivo a través del cual trata de proponer soluciones concretas a los problemas, y también líneas sólidas para el apostolato. Se debe destacar la gran capacidad de nuestro santo de escuchar al prójimo y salir al encuentro de  sus necesidades con sensibilidad y eficacia. Justamente esta acogia es determinante para la credibilidad de un apostolado que es respetuoso de los deseos y demandas del pueblo. Kolbe elige particularmente la regla franciscana, ya que proporciona la posibilidad de un anuncio "para todos", motivo de acogida a todos los hermanos, sobre todo a aquellos que no comparten sus ideas religiosas. De hecho, él considera que "el Padre San Francisco es el modelo del misionero; su ejemplo, su Regla son altamente misioneros y permiten el máximo celo apostólico dirigido a la salvación y a la santificación de los hermanos" (EK 299).
Francisco y su Regla son un punto de referencia indiscutible para Maximiliano que en el Pobrecillo,  y en su estilo, ve un modelo extraordinario de  vida misionera sin límites. Incluso en este sentido, el mártir de Auschwitz entra totalmente en la tradición franciscana desarrollándola con su genial aporte.

Para la reflexión

- ¿Considero la dimensión vertical de la misericordia?
- ¿Hasta qué punto logro aceptar al hermano que vive de una manera diferente de la mía?
-  Mi camino misionero ¿me pone en condiciones de aceptar incondicionalmente al otro?
-  ¿Trato de superar los motivos de resentimiento y de odio?
-  Mi corazón ¿es siempre acogedor hacia los hermanos?
- ¿Cuáles son mis cerrazones , y cómo puedo superarlas?
- ¿Cuál es la  enseñanza de Kolbe en este ámbito?



miércoles, 1 de junio de 2016

¿Qué tiene que ver la fiesta del Corazón de Jesús con la M.I.?


Una de las celebraciones más entrañables en la Asociación de la Milicia de la Inmaculada, es la del Sagrado Corazón de Jesús, puesto que en este misterio del amor de Dios está contenido el fin último de esta obra.
La M.I. está profundamente relacionada con esta devoción desde sus inicios, de hecho fue fundada intencionalmente un 16 de octubre, día en que la Iglesia celebra la fiesta de Santa Margarita María Alacoque (beata para aquél entonces) que fue la gran apóstol del Sagrado Corazón de Jesús.
El padre Kolbe entendía la devoción al Sagrado Corazón, como la expresión del amor misericordioso de Dios por la humanidad. En una de sus cartas decía “el motivo de nuestra acción es el amor del Corazón de Jesús, es decir, del amor de Dios en el que consiste la perfección y santificación, a la cual queremos atraer a todos los que existen”. EK 206
El Corazón de Jesús, es pues el fin último de la M.I. Todo lo que se hace en esta asociación, por medio de la Inmaculada, debe tener como única intención, que todos puedan experimentar el amor misericordioso de Cristo, que es capaz de dejar las 99 ovejas por ir en busca de la perdida. (Cf. Lc 15, 1 - 7)
En uno de sus escritos san Maximiliano nos dice: “El sacratísimo Corazón de Jesús es el amor de Dios hacia los hombres”.
En este año de la Misericordia la Iglesia nos invita a celebrar con la mayor solemnidad posible la fiesta del Corazón de Jesús, que es la máxima expresión del amor misericordioso con el que el Padre nos ha amado en su Hijo. En este 2016 se conmemoran además los 160 años de la institución de esta fiesta litúrgica y debemos agradecer a Dios por todo el bien que este culto ha hecho a la Iglesia.  


Que como preparación al centenario de la M.I. que ya se acerca, nos podamos sumergir todos los
mílites en el horno ardiente de amor del Corazón de Jesucristo, como bien lo describía santa Margarita y que hagamos participes de este amor pacífico y lleno de ternura a todos los hombres y mujeres que encontremos en nuestro día a día.