Diciembre es un mes de alegría
para el mundo cristiano, pues en este mes celebramos el misterio de la
Encarnación del verbo, pero para nosotros los miembros de la MILICIA DE LA
INAMCULADA diciembre no es sólo un mes feliz, sino un mes doblemente feliz,
porque además de la navidad celebramos el día ocho la solemnidad de la
Concepción Inmaculada de María. Aquí queremos compartirles algunas imágenes de
la celebración que tuvo lugar en el seminario San Maximiliano Kolbe. Fueron diez
días de intensas labores en los que muchos de nosotros pudimos honrar a nuestra
madre santísima. Sin duda la mayor alegría fue que muchos aprovecharon esta
celebración para reconciliarse con Dios por medio del sacramento de la
confesión y recibieron la santa comunión. Durante la novena tuvimos la
oportunidad de acompañar un grupo de pequeños mílites que disidieron confiar su
infancia en manos de la Inmaculada y el día de la fiesta fuimos testigos de la
consagración de 25 nuevos mìlites. Agradecemos infinitamente al encargado
nacional de la M.I. Fray Sidifredo de la Cruz OFMConv, por su apoyo incondicional
en todas estas actividades, también agradecemos a Fray Fabián Arrieta OFMCon, a
fray Roger Torres OFMConv y a los demás frailes del convento por su apoyo en
este homenaje a la Madre de Dios. Gracias también a todos y cada uno de los
consagrados, por el esfuerzo humano y económico que no tuvo otra intención
distinta de glorificar a Dios por la obra maravillosa que ha hecho en la
Inmaculada.
sábado, 26 de diciembre de 2015
miércoles, 4 de noviembre de 2015
INTENCIÓN DE ORACIÓN PARA NOVIEMBRE
Noviembre
Para que aquellos que se han consagrado a Dios puedan indicar con la
palabra y la vida el camino para alcanzar el Reino de los Cielos.
La fuerza del apostolado de San Maximiliano radica sin duda en el
testimonio evangélico, que en cada circunstancia y en todos los períodos de su
existencia, buscaba de ofrecer al prójimo. Es justamente su ejemplo a revelarse
decisivo por la incisividad de su obrar, a demostrarse “contagioso” para sus
co-hermanos y fieles. El
estilo misionero del santo polaco está caracterizado por tres movimientos: el
actuar ejemplar que precede el hablar, la pobreza, el sacrificio y la dedicación. Como Francisco , él considera que los frailes y los
fieles pueden ser estimulados por el verdadero testimonio evangélico más que
con las palabras. Mirar a Cristo, a la Inmaculada, y a Francisco debe poderse
traducir en una manera de vivir que pueda iluminar la del prójimo e inducirlo
delicadamente a amar cada vez con mayor convicción al Altísimo. La pobreza va a
embellecer el propio ejemplo de vida evangélica y se convierte en expresión de
humildad y de ofrecimiento al amor providente del Señor. En fin, el trabajo y
la dedicación a la actividad apostólica
ponen al fraile, al mílite o al fiel en general, en la condición de
donarse generosamente al proyecto que el Omnipotente le confía. Estas tres
dimensiones representan todo aquello que el Padre Kolbe vive y transmite como
presupuesto a la vida misionera. Él, está convencido, que el dar testimonio de
la fe y el mensaje evangélico, a partir de la propia experiencia espiritual
significativa, es la clave que consiente al misionero de entrar en el corazón
de los hombres. El amor por la propia vocación, la benevolencia, la acogida, la
sobriedad, permiten a quien evangeliza, de hacer hablar sobre todo al propio
ejemplo y después a la
palabra. El santo pone en evidencia que sólo practicando la
pobreza, las actividades apostólicas, como por ejemplo la difusión del
“Caballero de la Inmaculada” o el crecimiento operativo de la Ciudad de la
Inmaculada, pueden realizarse sin obstáculos y con la más grande credibilidad.
Ya en el 1919 ha podido escribir en una de sus
meditaciones, lo que podemos definir un proyecto para su futuro apostolado: «Tu
santificación personal es tu primera ocupación. El empeño de la santificación
de los demás debe nacer de la superabundancia de tu amor a Jesús. En todo trata
de procurar a Jesús la mayor satisfacción posible y ten fe en Él por medio de
la Inmaculada» (SK 987F ).
Santificarse a sí mismos es la primera forma de evangelización. Sólo cuando
esta obra será en plena actuación será posible ayudar a los otros a convertirse
y a encaminarse a la vida eterna. Lo que es visible es el amor abundante por el
Señor que tiene el creyente, el que
suscita también en otras personas el deseo de recorrer los caminos de Dios. El deseo de comunión con el Altísimo debe ser
transmitido a partir del propio itinerario de perfección.
El Padre Kolbe subraya, además, el valor de la gracia que es determinante
en el sostener el apostolado y su predicación: «La apologética por sí sola no
podrá convertir a nadie si sobre ella no baja la gracia de las manos de la
Inmaculada. Por lo tanto, en el estudio de la
apologética práctica, esta sección debe subrayar la necesidad de recurrir a la
Inmaculada, promover el amor hacia ella
en la persona con la cual se discute, más que poner la confianza en la eficacia
de las demostraciones más evidentes. El hombre, en efecto, posee el libre
albedrío y es necesaria la gracia para someterlo, a fin de que éste permita al
intelecto dejarse convencer y seguir la verdad» (SK 597). Los contenidos
del anuncio son verdaderamente importantes, sin embargo, el santo polaco pone
de manifiesto el rol absolutamente central de la gracia divina que sostiene al
misionero, al que no le bastan la fuerza de sus argumentaciones. La misma
gracia influirá también en el corazón y en la mente de los destinatarios del
mensaje evangélico si ellos son suficientemente abiertos.
San Maximiliano es protagonista de un anuncio cristocéntrico porque desea
transmitir el amor que Cristo tiene hacia la humanidad, que gracias a su muerte
y a su resurrección ha sido redimida. Quiere vivir esta verdad con alegría,
pero además quiere donarla a todos los que encuentra a través de la palabra o
de la escritura. Pero
este movimiento de evangelización parte de su personal ejemplo de vida
evangélica, que vive y hace vivir a los
hermanos que comparten con él la misma misión. Dicha llamada se enriquece
obviamente gracias a la propuesta de la Inmaculada, cual modelo perfecto del
ser humano. Ella es la Madre de Dios, sin embargo, sus virtudes son propuestas
por el santo como expresión de vida de primerísimo nivel en Cristo. Proponer a
la Virgen como ejemplo extraordinario de seguimiento de Cristo es la más grande
forma de caridad que un misionero puede donar al prójimo.
Del consejo internacional M.I.
Para la reflexión
-
¿Creo
que soy un testigo de la fe?
-
¿Mi
ejemplo da credibilidad a mi palabra?
-
¿Los
santos me impulsan a la perfección evangélica?
-
¿El
ejemplo del Padre Kolbe qué me transmite acerca del itinerario hacia la
santificación?
-
¿Existe
en mí el deseo de un constante camino de santificación?
-
¿El
amor a la Inmaculada, en qué medida influye en mi camino de santificación?
viernes, 16 de octubre de 2015
CARTA DEL ENCARGADO NACIONAL EN LOS 98 AÑOS M.I.
Protocolo
03/2015 Itagüí,
octubre 16 de 2015
MILICIA DE LA INMACULADA
Colombia
El Señor les dé su paz.
El 16 de octubre de 1917, frente a una pequeña estatua de la
Inmaculada en una celda del “Seraphicum”, convento de estudios teológicos de
los Franciscanos Conventuales en Roma, San Maximiliano Kolbe y seis compañeros
de la Orden: fray Enrique Granata, fray Jerónimo Biasi, fray Antonio Glowinski,
fray José Pal, fray Quirico Pignalberi, fray Antonio Mansi, fundaron la Militia Immaculatae (M.I.), con la
finalidad de ayudar a los fieles cristianos a vivir la propia vocación
bautismal acogiendo el don del Redentor de la Cruz: “Ahí tienes a tu madre”.
Hace 98 años nos fue dado del cielo la gracia de esta
asociación cuyo fin como lo describe el padre Kolbe es “precisamente la gloria de Dios, y no sólo una gloria mayor, sino la
máxima posible”. Celebramos 98 años del nacimiento de un camino de
espiritualidad profundamente cristiano de la mano de la Inmaculada, no es un
grupo mariano como tantos que abundan en nuestro tiempo, es un auténtico
itinerario de discipulado que ayuda a quien se confía a la Inmaculada y se entrega como cosa y propiedad suya para
que sea un verdadero discípulo del Señor.
Celebremos jubilosos 98 años de escuela de santidad, demos
gracias al Señor por dar a María Inmaculada como regalo a los discípulos que
permanecen junto a la Cruz redentora, exaltemos con gozo a la Santa Trinidad
que en la Milicia de la Inmaculada nos ha dejado camino seguro para ir sin
temores a la gloria imperecedera.
Felicidades a todos los milites que son y que serán, elevemos
nuestras plegarias al cielo por intercesión de la Inmaculada: “Oh, María, sin pecado concebida, ruega por
nosotros que recurrimos a ti y por cuantos a ti no recurren, en particular por
los alejados de la Iglesia y por cuantos te son encomendados”.
Salve María Inmaculada.
Fr. Sidifredo de la Cruz OFMConv.
Encargado M.I. Colombia
jueves, 1 de octubre de 2015
Intención de oración M.I. para Octubre
Para que cada creyente, siguiendo
el ejemplo del Pobrecillo de Asís, pueda trabajar por la realización de la paz
entre los pueblos.
Para que reine la paz es fundamental que cada uno se
esfuerce en realizar gestos de amor, que estén en grado de formar corazones
pacificados, capaces de transmitir el sentido y la modalidad de la armonía
entre los pueblos. Famosas y significativas son estas frases del Padre Kolbe,
presentes en un artículo: «El odio divide, separa y destruye, mientras que el
amor une, da paz y edifica. No tiene nada de extraño que sólo el amor llegue a
hacer a los hombres cada vez más perfectos. Por lo tanto, sólo aquella religión
que enseña el amor de Dios y al prójimo puede perfeccionar a los hombres. La
religión de Jesucristo es realmente esta religión del amor, del amor perfecto,
y eso es evidente en las santas palabras de Jesucristo» (EK
1205).
La paz brota primero de todo en nosotros. Las situaciones
de guerra y de divisiones surgen sobretodo porque faltan corazones serenos que
sepan afrontar la vida y a los hermanos con una mirada positiva y constructiva.
Además, poner la propia confianza en María es otro ingrediente fundamental que
permite, no sólo evitar guerras, sino también sembrar acciones y sentimientos
marcados por la auténtica concordia. En
efecto, Maximiliano afirma que: «el manantial de la felicidad y de la paz no
está afuera, sino dentro de nosotros. Sepamos sacar provecho de todo para
ejercitar nuestra alma en la paciencia, la humildad, la obediencia, la pobreza
y las demás virtudes de la vida religiosa, y las cruces no serán tan pesadas.
Por lo demás, nosotros proclamamos que a través de la Inmaculada lo podemos
todo: demostrémoslo, pues, con la acción. Pongamos en Ella nuestra confianza,
oremos y vayamos adelante en la vida con tranquilidad y serenidad» (EK 935). Cualquier acción de división proviene del enemigo. Ponerse
en las manos de la Inmaculada nos permite tener un corazón tranquilo, capaz de
difundir comunión, mediante un perfil humilde y colmado de amor. La oración se
revela particularmente importante para que reine establemente la paz. Ésta nace
dentro de nosotros y se irradia al exterior. El santo en todos lados y con
paciencia se ha demostrado colmado de una paz interior que infundía serenidad también
en el horror del campo de concentración. Él advierte a los co-hermanos del
peligro de la división con estas palabras: «Estemos seguros de que toda
división e incomprensión no procede de la
Inmaculada, sino única y exclusivamente de aquella serpiente que está bajo
sus pies. Por consiguiente, cada uno, por su parte, haga todo lo posible de
atenuar todo desacuerdo, con la humildad, el amor, la paciencia y la oración,
para profundizar cada vez más el amor mutuo y ayudarnos mutuamente a tender hacia nuestro Ideal de la dilación
del Reino de la Inmaculada en las almas. Cada uno de ustedes esfuércese no
tanto por cambiar el ambiente cuanto por llegar a ser cada vez mejor él mismo, por acercarse
personalmente a la Inmaculada para que todos, acercándose a Ella, se acerquen
mutuamente entre sí. Por eso, no alabo
de ningún modo a quien pida se le aleje del puesto avanzado y se le envíe a cualquier otro lugar, aunque sea, el
convento o la Orden religiosa más fervorosa. Las gracias divinas y la
protección de la Inmaculada están preparadas para cada uno de ustedes en el
lugar dónde se encuentran por obediencia, mientras que la huida de ese ambiente
– sin considerar las causas, sean las que sean- es sin duda sólo una verdadera tentación de nadie más que de
Satanás, que busca por todos los medios la
destrucción de la Niepokalanów y
la debilitación del Reino de la Inmaculada. ¿Quisieran, acaso, ser un instrumento en sus manos en este asunto?» (EK
926).
Dejarse conducir por la Inmaculada da la posibilidad al creyente de tener
un corazón lleno de paz y de alegría. Ella nos guía hacia un camino en el que
podemos convertirnos en sembradores de bien y de concordia. La protección de la
Inmaculada y su materna intercesión contribuyen a ser criaturas que siembran
amor. El mártir de Auschwitz exhorta: «Dejémonos conducir por Ella, sea a lo
largo de una calle bien asfaltada y cómoda, sea por otra escabrosa y difícil.
Es suficiente un solo acto de amor – de amor que procede no del sentimiento,
sino de la voluntad, es decir, un acto de obediencia religiosa cumplida por
Ella, para que una caída se transforme en un beneficio aún mayor. Sta. Teresa
del Niño Jesús escribe que ya se había resignado a la constatación de que sería
siempre imperfecta, porque es difícil no serlo, dado que no estamos aún en el
paraíso. Las caídas nos enseñan a no confiar en nosotros mismos, sino a poner
toda nuestra confianza en manos de Dios, en manos de la Inmaculada, Mediadora
de todas las gracias. Siempre tranquilos y serenos; nunca tistes. También
nosotros aquí experimentamos de manera tangible la protección de la Inmaculada
(EK 937)».
Para la reflexión
-
¿De
qué manera logro ser un constructor de paz?
-
¿Busco
sembrar amor alrededor mío?
-
¿Cómo
combato la polilla de la discordia y de la división?
-
¿Mis
elecciones están guiadas por aquel amor que crea la paz?
-
¿Maximiliano
es un hombre de paz: de qué manera sigo su ejemplo?
-
¿Cómo
puedo “romper” las situaciones de guerra y de división?
martes, 22 de septiembre de 2015
MONTERÍA SE UNE A LA CAUSA DE LA INMACULADA.
El pasado sábado 19 de septiembre
un grupo de 11 laicos y un monasterio entero de clarisas se unieron a la causa
de la Inmaculada, consagrándose a Ella enteramente en la Asociación de la
Milicia de la Inmaculada, fundada por San Maximiliano Kolbe. Ellos ahora junto
con los mílites de Bogotá, Cali, Corozal y la Estrella, se empeñarán en lograr
que el ideal de la M.I. sea una realidad: “Ganar a Colombia entera para Cristo
por medio de la Inmaculada”
Algo para rescatar en esta nueva
presencia de la M.I. es el apoyo que ha tenido por parte de las hermanas del
Monasterio de Santa Clara de esa ciudad. Las clarisas son la rama femenina de
la Orden franciscana, ellas desde la clausura comparten el mismo ideal de vida
de los Hermanos Menores. En su espiritualidad como en la de todas las demás
Ordenes que hacen parte de la gran familia franciscana, la Inmaculada ocupa un
lugar muy especial. Ellas son participes del reto que ha querido proponer San
Maximiliano a todos los hijos de San Francisco, que es sembrar la verdad de fe
de la Inmaculada Concepción en el Corazón de todos los hombres y mujeres y
cultivar sus frutos de santificación. (Cf. EK 486) Esperamos que así como en
Niepokalanow en la época del Padre Kolbe, el ideal de vida franciscana con ese
tinte mariano e inmaculista atrajo tantas vocaciones, la vida ejemplar de esas
hermanitas haga que muchas jóvenes se animen a tomar su género de vida.
Una semana antes de la
consagración, estuvieron haciendo el retiro de preparación, con los habituales
dos días en casa y último día en algún centro de retiros. En esa jornada tuvieron
la posibilidad de profundizar sobre su condición de bautizados y sobre el valor
de la consagración a la Inmaculada. También aprovecharon para estar largo
tiempo en silencio ante Jesús sacramentado.
La ceremonia de consagración, fue
presidida por Fray Fabián Arrieta OFMConv, él animo a todos los nuevos consagrados
a vivir con fidelidad su vida Cristiana de la mano de María, haciéndoles conscientes
de que una vez consagrados a Ella, no tenemos ya mucho de que preocuparnos,
pues ella nos lleva de su mano, como propiedad suya que somos. La capilla del
monasterio, estuvo hermosamente decorada con flores blancas y la Inmaculada fue
puesta en un sitio de honor para que todos pudieran venerarla con mucha más devoción.
Esperamos tener pronto un grupo
de personas líderes en esa ciudad, que nos ayuden a llevar adelante este ideal
de vida de la M.I. Prontamente estaremos abriendo el camino de consagración en
una parroquia de esa ciudad, tan pronto tengamos fecha exacta les estaremos
informando
viernes, 11 de septiembre de 2015
MEDITACIÓN KOLBIANA DESDE LA CELDA DEL AMOR
PADRE KOLBE "MADRE"
Por: Angela Esposito, mipk
Y así sucede por cada vida que se dona. El padre Kolbe, totalmente entregado a la “Llena de Gracia”, a Aquella que ha sido transformada por la ternura de Dios, transforma en humano el deshumanizado campo de concentración de Auschwitz hasta donar su propia vida.
De la muerte del padre Kolbe, crucificado por amor, muchos han recibido luz y fuerza contemplando su testimonio de vida. “Yo creo, dirá un día uno de sus primeros compañeros de Niepokalanów, que nunca un padre o una madre hayan amado a sus hijos con tal afecto y ternura como el padre Maximiliano los ha amado.”
Deportado a Auschwitz, donde llegó el 28 de mayo de 1941, su única preocupación era no dejar escapar las ocasiones de brindar caridad hacia los otros. A todos les ofrece una mano llena de amor, por todos reza, sufre y a todos les desea el bien, la felicidad ya que es Dios quien lo quiere (1).
Maximiliano es enviado a los trabajos forzados, cae extenuado en la tierra y a quién lo socorre, despotricando contra el guardia jefe Krott, él le dice suavemente: “¡No lo hagas! El odio no es fuerza creadora. Es sólo impotencia, ¡impotencia de amar!”
Se lo ve empujar carretillas llenas de piedras: una patrulla lo encontró un día bajo un cúmulo de hojas, donde sus guardias lo habían arrojado después de haberlo golpeado hasta sangrar. Fue transportado a la enfermería, un joven enfermo le sacó con violencia un vaso de leche que el médico le estaba ofreciendo al padre Kolbe que se encontraba indefenso y con fiebre. El joven ladrón miró a Maximiliano y le dijo al médico desorientado por lo que había ocurrido y dijo: “yo no creo en Dios, pero él sí”.
En la enfermería le asignan el último lugar que quedaba libre, en medio de la corriente de aire de la puerta de ingreso. Lo valorizó mucho pues esto le permitía acoger a los enfermos con una cálida palabra y le permitía rezar cuando llevaban a las personas que fallecían.
Junto a un compañero de detención le dieron el compromiso de transportar los cadáveres. El pobre temblaba cuando los llevaba al horno crematorio y el número 16670 rezaba y los bendecía en medio del humo del horno.
Durante la noche con la complicidad de las tinieblas, algunos prisioneros iban a ver a Maximiliano para ser confortados. Un testigo cuenta: “Cuando al cabo de mi tarea diaria me acercaba a Él me apretaba a su pecho como una madre a su hijo… Yo me sentía especialmente confortado con sus insistencias: “Toma la mano de Cristo en una mano y la de María en la otra. Entonces, aun estando en tinieblas, podrás ir adelante con la confianza de un niño guiado por sus padres. Tengo una enorme deuda con su corazón maternal”. (2)
“A menudo era golpeado por los guardias y los jefes. Comencé a pensar de tirarme sobre el alambre de púa con corriente y terminar con mi vida allí… el padre Kolbe lo supo. Me habló y me devolvió la serenidad. Sabía infundir en mí y en los demás, coraje... yo lo llamo el apóstol de Auschwitz”. Cuando los grupos de detenidos podían reunirse en torno a él, sin suscitar la sospecha de los guardias, él les hablaba de Dios, de la fe, de los valores sublimes de la vida cristiana y aquellos hombres, tan probados y con la muerte en el corazón, parecían revivir.
“A los 13 años me encontraba en el infierno de Auschwitz. Solo, con mis padres asesinados. Mientras caminaba, buscando alguien con quien compartir mi dolor, el padre Kolbe me encontró y me habló. Para mí fue como un ángel y, como una madre, me tomó entre sus brazos. Secaba siempre mis lágrimas y mi vida volvió a florecer.”
Cuando se dona por un prisionero se entrega por todos, acompañándolos hacia el bunker: fray Ladislao comenta su actuar cuando se dirige al lugar de la muerte: “Las diez víctimas pasaban por delante de mí y vi que el padre Kolbe se tambaleaba bajo el peso de uno de los condenados. Él lo sostenía a este hombre que no era capaz de caminar con sus propias fuerzas.”
El padre Kolbe, como una madre da, no pide nada. No pretende, ofrece. No exige nada y dona todo. Después de haber regalado el pequeño trozo de pan, se dona a sí mismo. Se da a sí mismo para transformar los hombres deAuschwitz de bestias en hermanos. Es esta ternura de amor que cambia la vida para siempre. El padre Kolbe es luz para quien se acerca, porque cree que el bien es posible también en situaciones que parecen negarlo. “Su muerte significó la salvación de miles… y mientras vivamos, nosotros, los que estuvimos en Auschwitz, inclinaremos nuestras cabezas en memoria de ella… Fuimos impactados por ese acto, que se convirtió para nosotros en una poderosa explosión de luz en la oscura noche del campo.” (3)
A San Maximiliano se pueden aplicar muy bien las palabras de una de las más grandes poetisas italianas, Alda Merini, que así escribe: “Sus ojos nacidos para la caridad, exentos de cualquier cansancio, no se cerraban nunca, ni de día ni de noche, porque no querían perder de vista a su Dios”.
(1) Cfr. EK 1075
(2) Patricia Treece, Maximiliano Kolbe, un hombre para los demás. Ed. de la Inmaculada. 177-178.(3) Patricia Treece,Maximiliano Kolbe, un hombre para los demás. Ed. de la Inmaculada. 223-224.
Tomado de. www.kolbemission.org
martes, 1 de septiembre de 2015
INTENCIÓN DE ORACIÓN PARA SEPTIEMBRE
"Para que cada cristiano ponga la
máxima atención en el cuidado y salvaguardia del ambiente en el que vive y que
es obra de Dios".
Reflexión del Centro Internacional de la M.I. en Roma
En numerosas ocasiones Maximiliano habla de la creación. En
sus escritos no trata sólo de temas relacionados con la conversión y con la
santificación del hombre, sino que a menudo se ocupa de la belleza de la
creación. En una meditación, con las siguientes palabras, alaba al Creador por
las maravillas que ha realizado: « ¿Quién se atrevería a suponer que Tú, oh
Dios infinito, eterno, me has amado desde hace siglos, mejor dicho, desde antes
de los siglos? Tú, en efecto, me amas desde el momento en que existes como
Dios, ¡por tanto me has amado y me amarás siempre!... Aunque yo aún no
existiese, Tú ya me amabas, y porque ya me amabas, oh Buen Dios, me llamaste de
la nada a la existencia. Para mí creaste los cielos constelados de estrellas,
para mí la tierra, los mares, los montes, los ríos, tantas, tantas cosas hermosas que hay en la
tierra… Pero esto no es suficiente: para mostrarme de cerca que me amas con mucha
ternura, bajaste de las delicias más puras del paraíso a esta tierra enlodada y
llena de lágrimas, viviste en medio de la pobreza, de las fatigas y de los
sufrimientos» (EK 1145). Obviamente la
Inmaculada es la expresión más bella de toda la creación y nuestro santo alaba
y agradece a Dios por haberle donado a la humanidad entera una madre así
maravillosa. He aquí, las elocuentes palabras del mártir franciscano que
subrayan la belleza de María, esplendor de la humanidad: «Desde la eternidad,
sin embargo, Dios había previsto una Criatura que en nada, ni en lo más
pequeño, se habría alejado de él, que no habría disipado ninguna gracia, que
nunca se habría apropiado de ninguna cosa recibida de él. Desde el primer instante
de su existencia el Dador de las gracias, el Espíritu Santo, estableció su
propia morada en su alma, tomó posesión absoluta de ella y penetró en ella de
tal modo que el nombre de Esposa del Espíritu Santo no expresa sino una sombra
lejana, pálida, imperfecta, aunque verdadera, de esa unión». (EK 1224).
El Padre Kolbe exalta el “sí” de María, maravilla de la
creación, mediante el cual coopera en la realización de una nueva creación en
Cristo Jesús; «Dios dijo: “Fiat” (Gen 1, 3, 6) y la creación tuvo lugar. Una
criatura, María, dijo: “Fiat mihi”
(Lc 1,38) y Dios se hizo presente en Ella. También las creaturas repiten: “Fiat”. Concilian su voluntad con la
voluntad de la Inmaculada. Acción y reacción» (EK 1283). La contemplación de la
creación nos consiente de alabar, amar, glorificar y bendecir al Altísimo.
Ésta, es en efecto, la finalidad de la M.I.: exaltar cada
obra de Dios y poner a la humanidad en la condición de reconocerla, para
agradecerle al Creador y descubrir el infinito amor por cada elemento del orden
creatural. De hecho, «la naturaleza de todas las cosas está modelada conforme a
la finalidad que se propone; por
consiguiente, también para conocer la naturaleza de la M.I. es necesario
examinar su finalidad. Todo tiene,
además, un doble fin: el último y el inmediato. El fin último de toda criatura es la gloria externa de Dios, las criaturas
inteligentes ofrecen esta gloria de manera perfecta, ya que no son sólo una
imagen de las perfecciones divinas, sino que también, conocen y reconocen esa
imagen. De aquí el homenaje, la adoración, la acción de gracias y el amor de la
criatura al Creador. Nosotros tenemos que amar
de manera infinita, ya que Él nos amó de manera infinita y manifestó ese
amor bajando Él mismo a esta tierra, para aliviar, iluminar, fortalecer y hasta
redimir al hombre culpable mediante la muerte ignominiosa y entre los tormentos
más terribles; quedándose con nosotros hasta el fin de los tiempos, si bien muy
abandonado e insultado por personas ingratas; donándose a nosotros como alimento,
para divinizarnos con su divinidad. Sin embargo, siendo nosotros criaturas
limitadas, no podemos ofrecer a Dios una gloria infinita. Ofrezcámosle al menos
todo lo que podamos. Por eso el fin último de la M.I. es precisamente la gloria de Dios, y no solamente eso, sino
una gloria mayor, es más, la máxima posible» (EK 1248).
Confiamos al mismo Kolbe los puntos para nuestra
reflexión que encontramos expuestos en uno de sus documentos inéditos (cfr. EK
1285). Consideramos cuanto el santo expone y contemplamos la obra de Dios
tributándole gloria.
martes, 18 de agosto de 2015
AÑO KOLBIANO 2015 - 2016
El 14 de agosto de 2016 se
conmemoran 75 del martirio de San Maximiliano María Kolbe, por tal razón el
Consejo Internacional de la M.I. nos ha convocado a todos para conmemorar un
año kolbiano, en el que se nos invita reflexionar sobre el acto heroico de
entrega de la vida que el padre Kolbe tuvo en el campo de concentración de
Auschwitz en donde se encontraba recluido, para salvar la vida de un padre de
familia que injustamente había sido condenado a muerte.
Este año kolbiano que ya hemos
comenzado a celebrar desde el pasado 14 de agosto es una oportunidad muy
especial que se nos ofrece para reflexionar a la luz del ejemplo del padre
Kolbe, que es un fiel seguidor de Jesucristo, sobre nuestra capacidad de
entrega a la obras de Dios. A veces es muy fácil donar dinero o alguna hora de
nuestro tiempo para alguna obra relacionada con la construcción del Reino, pero
donar la vida entera, sin restricciones, como lo hizo el padre Kolbe, es lo que
en realidad nos pide Jesús cuando nos anuncia el Reino del Padre y ese es el
camino que conduce a la felicidad verdadera, así lo dijo el Maestro: “Quien
pierde su vida por mí la encontrará” Mt 16, 25
Este año será una gran
oportunidad para dar a conocer la vida del padre Kolbe en todo el territorio
nacional y será también el momento para extender la M.I. a lo largo y ancho de
nuestra tierra colombiana. Por solicitud del centro internacional de la Milicia
en Roma, se peregrinará la reliquia del santo en varios lugares del país que ya
se están coordinando. Esperamos contar con la ayuda de todos los mílites y
todas las personas que aman a San Maximiliano para que pueda ser una realidad
este hermoso proyecto. Con seguridad cuando el padre Kolbe peregrine por
Colombia, encenderá de amor a la Inmaculada muchos corazones. Él mismo decía
que después de su muerte trabajaría el doble en la realización de su misión de
llevar a María, darla a conocer y hacerla amar mucho más.
Este año Kolbiano es también una
antesala a las celebraciones del centenario de fundación de la M.I. que ya se
avecina. Que la Inmaculada haga de ese centenario una gran oportunidad para
ganar corazones por su medio para Jesucristo.
viernes, 7 de agosto de 2015
¿QUÉ HARÍA SAN MAXIMILIANO KOLBE SI VIVIERA HOY?
En el marco de la novena a San
Maximiliano María Kolbe, fundador de la M.I., que estamos celebrando durante
estos días, como preparación a su fiesta litúrgica, se nos invita a poner
nuestros ojos en la vida de este fraile franciscano Conventual. Antes que nada,
debemos recordar que la iglesia al proponernos la fiesta de los santos, no
busca sólo que acudamos a su intercesión, otra de las razones por la que
propone celebrar un culto especial a los santos anualmente, y tal vez la
principal, es para que todos los creyentes recordemos y meditemos sobre sus
vidas y encontremos en sus ejemplos un aliciente para continuar nuestra
peregrinación.
Por eso vale la pena
preguntarnos: ¿Qué haría San Maximiliano Kolbe si viviera hoy?
- Inundaría de Evangelio las redes sociales. Nuestra sociedad sin lugar a dudas se ha volcado a las redes sociales. Es impensable para muchos hoy la vida sin Facebook, Twitter, blog spot, YouTube, etc. Allí hay muchos hombres y mujeres en búsqueda de información que oriente sus vidas, si el padre Kolbe viviera con seguridad estaría allí, (Así como en su época se valió de los medios impresos y de la radio, que fueron el boom de la comunicación en su época) anunciando el amor por la Inmaculada y la alegría que produce el encuentro con Jesucristo. Lo haría no sólo con imágenes y frases religiosas, sino con actos concreto de caridad, tal vez saludando a algún amigo del cual hace tiempo no tiene noticias, preguntando por la salud de algún familiar que sabemos que está enfermo pero que es imposible visitar porque tal vez vive en otra ciudad… etc. El papa Benedicto XVI decía que los católicos no podíamos ser ajenos a los mass media y que no podíamos permitir que el mundo siguiera su camino sin nuestra presencia allí para anunciar a Jesús. También si San Maximiliano viviera, haría consciente al mundo, especialmente a los jóvenes, que el uso excesivo de las redes, puede deshumanizar e incluso puede llevar a la pérdida de la interioridad.
- Promovería el anuncio de Jesucristo en las calles: En la época de San Maximiliano la Iglesia invitó a los religiosos y religiosas de su época a que llevarán el mensaje del Evangelio a toda Asia que hasta el momento no había sido muy evangelizada. El padre Kolbe, motivado por ese llamado emprendió viaje y se fue de misión al Japón. Hoy vivimos una realidad distinta, occidente en pleno se está descristianizando, y el papa Francisco ha pedido que vayamos a las periferias de nuestras ciudades en donde habitan muchos hombres y mujeres que aún no conocen al Señor y desconocen que la Iglesia Católica es un excelente lugar para crecer en la fe. La Iglesia nos dice que es necesario re – evangelizar el mundo actual, con nuevas estrategias y con nuevo ardor. Muchos hombre y mujeres viven en la tristeza de no encontrar sentido a sus vidas, con seguridad si el padre Kolbe viviera se dedicaría a ayudar a todos ellos a que por medio de la Inmaculada conozcan al Dios misericordioso y amoroso revelado en Jesucristo para que puedan darle un nuevo rumbo a sus vidas.
- Renovaría el amor autentico por la Inmaculada. Hoy muchos se dicen devotos de la Virgen María, pero pocos se empeñan en conocer su vida e imitar su ejemplo. La auténtica devoción a la Inmaculada, como enseña San Maximiliano, debe llevar a un experiencia de encuentro profundo con Jesús. Si se dice popularmente que las madres son quienes mejor conocen a sus hijos, debemos suponer entonces que la Inmaculada fue quién mejor conoció a Jesús, por eso al acercarnos a Ella tendríamos que tener una experiencia más profunda con el Señor. Y también por qué no, renovaría el culto a la Inmaculada, pues poco a poco se ha ido perdiendo el fervor en la celebración de este misterio tan importante como lo es la Concepción Inmaculada de la Virgen María.
- Por último, entregaría su vida de nuevo por la unidad de las familias. San Maximiliano dio su vida para salvar una familia que corría el riego de desintegrarse a consecuencia de la muerte de su padre. Hoy en día hay muchas familias divididas no sólo físicamente sino también afectivamente. El camino de la unidad es el amor. Un amor que sea misericordioso y capaz de perdonar y sanar todas las heridas de la existencia humana. San Maximiliano mismo lo dijo: “Sólo el amor crea”, Sólo por este camino se podrá hacer un apostolado de familias eficiente en nuestro tiempo. Creo que el padre Kolbe si viviera hoy no se pondría a pelear ante los organismos del Estado defendiendo las familias, sino que se dedicaría a acompañar cada uno de los hogares, especialmente aquellos que viven dificultades y que no han sido capaces de perdonarse y de actualizar el amor mutuo.
San Maximiliano
desafortunadamente ya no está físicamente hoy, pero ahora son los mílites y
todos los que admiramos su ejemplo de vida, los que deben llevar adelante esta
misión. Únete a esta causa, el mundo de hoy necesita de otros san maximilianos…
viernes, 26 de junio de 2015
RENOVEMOS A DIARIO NUESTRA CONSAGRACIÓN
El acto de consagración a la Inmaculada muy seguramente ha
significado para ti un momento muy especial en tu historia personal, ese ha
sido el día gozoso en que siguiendo el ejemplo de Juan el discípulo amado, haz
aceptado el don de la maternidad de María y la haz llevado a vivir con contigo (Cf.
Jn 19, 25 - 27). Sin embargo el ser humano muchas veces es sólo de momentos y
olvida con frecuencia las maravillas que el Señor realiza en su caminar. Es
sólo dar una mirada a la historia de la salvación, y veremos esa lamentable
dinámica, Dios que hace sus obras y el hombre que olvida lo obrado por el
Señor. Por esa razón, es necesario que renovemos con la mayor frecuencia
posible o preferiblemente a diario el acto de consagración de todo nuestro ser
a la Inmaculada, es como si dijéramos a diario a María, que la recibimos en
nuestras vidas y que nos comprometemos a colaborar con Ella en cada jornada en
la misión de extender el reino de Dios a todo los hombres y mujeres. La Milicia
de la Inmaculada ha querido unificar la fórmula de consagración, porque hasta
el momento en Colombia se han usado varias y se ha decidido que a partir del
2015 la fórmula de renovación de la consagración, sea la que a continuación
publicamos. Esperamos que esta pequeña oración les ayude a vivir con mayor convicción
la vocación de discípulos de Jesús al
estilo de María y les permita vivir con toda plenitud, la alegría de haber sido
consagrados totalmente para Dios en el bautismo. Si aún no te has consagrado,
te invitamos a que también te unas a esta oración, poniendo en las manos de
María el deseo de ser hijo suyo y de vivir de acuerdo al Evangelio bajo su
protección y ayuda:
CONSAGRACIÓN
DIARIA A LA INMACULADA
Virgen
Inmaculada, mi madre María yo
renuevo hoy y siempre la Consagración
de todo mi ser para que dispongas de mí
para el bien de todos, solamente te
pido que yo pueda mi Reina y Madre de
la Iglesia cooperar fielmente con tu
misión de construir el reino de Jesús en el mundo por eso te ofrezco mis oraciones, sacrificios y
acciones en particular por las intenciones de la Milicia de la Inmaculada.
Oh María concebida sin pecado. Ruega por nosotros que recurrimos a ti y por todos cuantos no recurren a ti, de modo particular por los enemigos de la Santa Iglesia y por los que te son encomendados.
Oh María concebida sin pecado. Ruega por nosotros que recurrimos a ti y por todos cuantos no recurren a ti, de modo particular por los enemigos de la Santa Iglesia y por los que te son encomendados.
jueves, 18 de junio de 2015
NOS HA ESCRITO NUESTRO PASTOR
¡Salve María Inmaculada!
Recientemente ha sido publicada la primera encíclica enteramente
escrita por el papa Francisco, la otra publicada en su nombre anteriormente la “lumen fidei”
si bien fue firmada por él, la mayor parte la había adelantado el papa emérito
Benedicto XVI. El nombre de esta encíclica es “Laudato si” que significa “Alabado
seas”. Como dato curioso es bueno saber que el nombre de los documentos papales
es dado por las primeras palabras del cuerpo de la carta, que ordinariamente es
en latín, lengua oficial de la Iglesia Católica. En este caso el papa inicia
con la expresión laudato si, porque al comienzo de su carta cita el cantico de
las criaturas, poesía compuesta por San Francisco de Asís en la que alaba la
obra de Dios en el mundo. Si bien como ya hemos dicho líneas arriba la primera
parte de las encíclicas normalmente está en latín, en este caso no ha sido así, pues el
papa ha tomado esta expresión del texto original del cantico de las criaturas escrito
en italiano.
El objetivo que se propone el santo padre en esta carta es
el de hacernos conscientes a todos los creyentes de la responsabilidad que
tenemos ante la creación, que es llamada por su santidad como “nuestra casa
común”. El mundo es un regalo de Dios para todos nosotros, por tal razón debemos
cuidarlo con gran diligencia, especialmente hoy cuando el hombre se ha
convertido en enemigo de su propio hábitat.
Para nosotros los mílites cada palabra del papa, debe
resonar con mayor fuerza, pues recordemos que el Santo Padre es para nuestra
asociación un punto central de referencia. San Maximiliano pensó a la M.I. para
defender a la Iglesia y para colaborar en su misión de evangelización, que es la
misma misión de la Virgen María.
Nosotros debemos crecer cada día más en filiación a la
Iglesia y a sus pastores. Según el Evangelio de San Juan en el pasaje del Buen
Pastor, las ovejas del Señor escuchan su voz (Jn 10, 27), por tanto si de
verdad nosotros reconocemos en el papa Francisco a nuestro pastor, no sólo
debemos amarlo y orar por él, sino que debemos también leer y meditar todos los
mensajes que él nos envía, por tal razón esta encíclica debe ser para nosotros de
lectura obligatoria.
Al final de la carta, el papa invoca a María, como reina de
todo lo creado y le pide que nos ayude a mirar al mundo con ojos de sabiduría,
unámonos a esta plegaria del papa, para que la Inmaculada que supo valorar siempre
todos los dones de Dios, nos ayude a nosotros a valorar también el regalo que
él nos ha dado y que diariamente nos singue dando en la creación.
Aquí el texto de la Encíclica. http://w2.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html
martes, 16 de junio de 2015
SOLEMNE FIESTA DEL CORAZÓN DE JESÚS
El pasado viernes 12 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, unidos a la Inmaculada nos sumergimos en el océano del amor de Jesucristo. Ese día en horas de la tarde, tuvimos la oportunidad de participar en la Santa Misa en el seminario San Maximiliano Kolbe de los frailes Franciscanos menores conventuales, la celebración fue presidida por Fray Sidifredo de la Cruz, guardián del convento.
Durante la homilía fray nos
insistía en que el amor es la esencia de nuestra fe y de nuestra vida
cristiana. También nos recordaba que “la pedagogía que utiliza Dios es la
pedagogía del amor, ese es el único camino que Él ha querido utilizar para
revelarse al mundo”. Sus palabras nos han dejado un reto como Milicia de la
Inmaculada, pues a la luz de esta enseñanza estamos llamados a ejercer nuestro
apostolado utilizando la misma pedagogía del Maestro, la pedagogía del amor,
pero para lograrlo tenemos primero nosotros que dejarnos amar por Él, nadie puede dar de lo
que no tiene, no podremos anunciar un amor que no hemos experimentado antes.
Previo
a la Eucaristía tuvimos la hora santa en la que nos unimos a la iglesia
colombiana que ese día ora por la santificación de los Sacerdotes. El canto de
la celebración estuvo a cargo de los frailes novicios y las lecturas y ofrendas
estuvieron a cargo de nosotros los mílites. En la celebración oramos mucho para
que por nuestro medio, muchos hombres y mujeres puedan también experimentar de
la mano de la Inmaculada, la dulzura del Corazón de Jesús, esperamos el próximo
año, llenar la capillita, con muchos más hombres y mujeres consagrados a la
Inmaculada.
lunes, 8 de junio de 2015
Con el padre Kolbe preparemos la fiesta del Corazón de Jesús
El corazón de Jesús, que es el símbolo máximo del amor
misericordioso de Jesús, es el culmen de la espiritualidad de la Milicia de la
Inmaculada.
San Maximiliano deseaba que todos los que se acercaran a la M.I.
tuvieran un encuentro profundo con el corazón de Jesús a través de la
Inmaculada. Decía, nuestro ideal es “Ser cada vez más de la Inmaculada,
profundizar la pertenencia a Ella y, por consiguiente, abrir cada vez más las
alas del amor, sobre todo hacia el Sacratísimo. Corazón de Jesús y las manifestaciones
de su amor... (EK1284)”
La consagración en el espíritu de la M.I. tiene como fin que
la Virgen nos ayude a corresponder
cada vez más y mejor el infinito amor que
Jesús nos tiene. En una de sus conferencias el padre Kolbe decía: “Toda la vida
de Jesús y toda su actividad es amor de su Sagrado Corazón... El alma que ve
todas esas manifestaciones de amor, también querría pagar amor con amor, pero
por experiencia sabemos lo débiles que somos. Y es aquí donde se manifiesta el
amor del Corazón de Dios que nos ofrece su propia Madre para que podamos amarle
a El con el corazón de Ella. No ya con nuestro miserable corazón, sino con su
Corazón Inmaculado.”
¿Quién, por muy pecador que sea podría resistirse al amor
misericordioso de Jesús? Creo que ninguno. Ese corazón está lleno de bondad,
humildad y dulzura acerquémonos con confianza a esa fuente ilimitada de amor,
si somos propiedad de la Inmaculada no tenemos nada de que temer. “tratemos de
amar cada vez más con el Corazón de María al Corazón de Jesús, y que eso sea
nuestro mayor incentivo”.
miércoles, 3 de junio de 2015
FIESTA DE LA CONSAGRACIÓN Y CORONACIÓN ANUAL DE LA INMACULADA
El pasado 30 de mayo en el convento del Noviciado de los Franciscanos Menores Conventuales, un grupo
de trece laicos hizo su acto de consagración a la Inmaculada en el espíritu de
la Milicia de la Inmaculada fundada por San Maximiliano Kolbe. Este grupo comenzó
su camino de discipulado en preparación al acto solemne de consagración, a
principios del mes de febrero. Durante estos cuatro meses han venido haciendo
un proceso de revisión de su vida cristiana que ha terminado con la renovación
de sus promesas bautismales y el acto de confianza a la Inmaculada, para que
ella ilumine con su ejemplo y sostenga con su intercesión la nueva vida que
comienzan.
El camino consta de nueve encuentros formativos, uno netamente de
oración y otro de encuentro fraterno. El fin de semana previo a la consagración
estuvieron participando en un retiro espiritual de tres días, de los cuales los
dos primeros fueron realizados desde sus propias casas y el último se llevó a
cabo en el Seminario de la Estrella. Ese último día los que se preparaban a la
consagración, estuvieron dedicados al silencio, participaron de la adoración
eucarística y terminaron la jornada venerando la reliquia de San Maximiliano
que se conserva en el convento.
Durante el retiro hicimos un concurso sobre la vida de San
Maximiliano y los que ocuparon los tres primeros puestos fueron premiados, por
su empeño en investigar sobre la vida del nuestro fundador.
La consagración estuvo precedida de la fiesta de la coronación anual de la Inmaculada, que es una tradición de la Milicia que consiste en coronar solemnemente la imagen de la Virgen en presencia de todos los mílites. En ese acto, un grupo de mílites ya consagrados el año pasado, recibieron una pañoleta azul y fueron enviados como mílites grado 2 para que con su trabajo, comiencen desde ya a construir una nueva historia de la Milicia de la Inmaculada aquí en Colombia.
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