El corazón de Jesús, que es el símbolo máximo del amor
misericordioso de Jesús, es el culmen de la espiritualidad de la Milicia de la
Inmaculada.
San Maximiliano deseaba que todos los que se acercaran a la M.I.
tuvieran un encuentro profundo con el corazón de Jesús a través de la
Inmaculada. Decía, nuestro ideal es “Ser cada vez más de la Inmaculada,
profundizar la pertenencia a Ella y, por consiguiente, abrir cada vez más las
alas del amor, sobre todo hacia el Sacratísimo. Corazón de Jesús y las manifestaciones
de su amor... (EK1284)”
La consagración en el espíritu de la M.I. tiene como fin que
la Virgen nos ayude a corresponder
cada vez más y mejor el infinito amor que
Jesús nos tiene. En una de sus conferencias el padre Kolbe decía: “Toda la vida
de Jesús y toda su actividad es amor de su Sagrado Corazón... El alma que ve
todas esas manifestaciones de amor, también querría pagar amor con amor, pero
por experiencia sabemos lo débiles que somos. Y es aquí donde se manifiesta el
amor del Corazón de Dios que nos ofrece su propia Madre para que podamos amarle
a El con el corazón de Ella. No ya con nuestro miserable corazón, sino con su
Corazón Inmaculado.”
¿Quién, por muy pecador que sea podría resistirse al amor
misericordioso de Jesús? Creo que ninguno. Ese corazón está lleno de bondad,
humildad y dulzura acerquémonos con confianza a esa fuente ilimitada de amor,
si somos propiedad de la Inmaculada no tenemos nada de que temer. “tratemos de
amar cada vez más con el Corazón de María al Corazón de Jesús, y que eso sea
nuestro mayor incentivo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario